PASTEL DE REQUESÓN, YOGUR Y PLÁTANOS
Hoy receta dulce de las que me gustan, fácil de hacer sobre todas las cosas. Une dos ingredientes que me encantan, el requesón y los plátanos. De los plátanos no voy a decir nada que no se sepa, que están recomendados para todas las edades pero especialmente para los niños y para los que sufren de hipertensión por su alto contenido en potasio y escaso en sodio. Pero también es el complemento perfecto para los deportistas porque de todos es sabido que ayuda a recuperarse después de un esfuerzo físico.
Sobre el requesón también sabemos que tiene muy poca grasa y pocas calorías, y sin embargo contiene tres veces más proteínas que la leche lo cual hay que tener en cuenta.
Este pastel es una mezcla entre bizcocho y pudin, cuya única dificultad es usar la batidora o las varillas eléctricas para montar las claras. Aún así se puede hacer a mano, tardaremos más tiempo pero nada más, de manera que dificultad mínima como verás. Y si echas mano de un molde chulo te ahorras la decoración, que en mi caso es necesario porque sigo siendo bastante inútil en ese aspecto.
Pues toma nota de los ingredientes y anímate que está riquísimo.
Ingredientes:
- 2 platanos
- 400 grs. de requesón
- 120 grs. de azúcar
- 3 huevos
- 1 yogur griego sin azúcar
- 50 grs. de maizena
- caramelo líquido para el molde
Elaboración:
1. Separamos las claras de las yemas. Pelamos y troceamos los plátanos. Batimos todos los ingredientes excepto las claras que luego montaremos a punto de nieve.
2. Montamos las claras a punto de nieve.
3. Las añadimos a lo anterior y mezclamos con movimientos envolventes procurando que no bajen demasiado.
*** Calentamos el horno a 180ºC, función ventilador ***
5. Lo llevamos al horno durante 1 hora y comprobaremos si está hecho pinchando un palo de brocheta o similar y que salga limpio. Como cada horno es un mundo, lo suyo es que vayas probando a partir de los 45 minutos.
Dejaremos enfriar del todo para desmoldar.
Yo no suelo poner demasiado caramelo en el molde porque prefiero añadirle, si es necesario, una vez desmoldado.
¡Listo!
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