MACARRONES CON POLLO Y BACON



Macarrones con pollo y bacon



Hay días que no se me ocurre nada  para escribir el post, y entonces uso al señor google y empiezo a buscar cosas sin mucho sentido porque en realidad no sé lo que busco.
Hoy buscaba algo original sobre la pasta y me he encontrado con un párrafo curioso que hablaba de que los tenedores de tres dientes se inventaron porque los napolitanos no podían comer los espaguetis con los tenedores de dos dientes que había en la época (no dice cuál) y por eso pasaron a tener tres dientes. El caso es que me he olvidado de la pasta y  he buscado algo sobre los tenedores, y resulta que es muy divertido.

Los primeros tenedores aparecieron, según la mayoría de historiadores, en el siglo XI en Constantinopla. Pero al parecer fueron un fracaso rotundo porque tenían un solo pincho y la gente se hacía barbaridades en la boca, se cortaban los labios, se reventaban las encías, se pinchaban la nariz, jajaja, un cuadro, vamos, lo llamaban el "instrumento diabólico". Y por cierto, fue una mujer, la princesa Teodora, hija del Emperador de Bizancio, la que se empeñó en introducirlo en Europa cuando se casó con el hijo del Gran Duque de Venecia.  Sobra decir que la princesa nunca fue muy querida en la Corte, jajaja
Está claro que el instrumento evolucionó y se le fueron añadiendo dientes, pero no fue hasta finales del siglo XVIII cuando su uso se extendió por toda Europa ( había muchísimo más pero no quiero aburrir a nadie).

En fin, al final de lo que menos hablo es de la receta. Pues que la receta de hoy es de macarrones. Puedes usar tenedor, cuchara o lo que tu quieras, pero no te la deberías perder porque está de vicio!


Ingredientes:
- 400  gr. de pollo (pechuga, contramuslo)
- 5 lonchas de bacon
- 1 cebolla mediana
- perejil picado
- 1 vaso de vino blanco
- 1 lata de 400 gr. de tomate troceado
- sal y azúcar
- aceite de oliva virgen extra
- 500 gr. de macarrones o pasta corta

Elaboración:
En una cazuela con un  poco de aceite de oliva, sofreímos la cebolla picada, el bacon y un puñado de perejil picado.
Cortamos el pollo en dados no muy grandes, salamos y lo echamos a la cazuela cuando la cebolla esté transparente. Dejamos sofreír un poco y cuando pierda el color a crudo, ponemos el vino blanco y dejamos a fuego fuerte unos minutos para que se evapore el alcohol.
Añadimos el tomate con todo el jugo de la lata, un poco de sal y otro poco de azúcar. Bajamos el fuego, tapamos la cazuela y dejamos a fuego lento casi una hora, vigilando que no se quede seco, y si fuera así le añadimos un poco de agua.


Hervimos la pasta y la servimos con la salsita encima.


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