SOLOMILLO DE CERDO CON SALSA DE VINO TINTO Y FRUTOS ROJOS



Como estas últimas semanas las recetas van dedicadas a las próximas fiestas, no podía faltar una receta de carne. Lo bueno de esta receta es que puedes hacer la salsa con antelación, incluso el día antes, de manera que es perfecta para organizarte bien esos días que vamos a estar a tope en la cocina para que la cosa sea más llevadera.

Para que una salsa de vino esté de muerte lo más importante es acertar con el vino tinto. No estoy diciendo que te dejes un riñón comprándolo, eso dependerá del gusto y del presupuesto, solo quiero decir que notarás una gran  diferencia entre hacer la salsa con un vino de cocina o uno un poquito mejor. Además esta salsa lleva frutos rojos que le aportan un sabor diferente a la clásica reducción de vino y hay que conseguir equilibrar los sabores, sobre todo el punto de azúcar. Pero lo más importante es hacerla con calma, tiene que reducir el tiempo necesario para conseguir una consistencia un poco melosa, y dependiendo del fuego puede llevar más o menos una hora, o incluso más. Por eso si andas con el tiempo justo merece la pena hacerla el día anterior. 
En cuanto al solomillo he optado por sellarlo primero en la sartén y terminarlo en el horno, así queda tierno y jugoso que da gloria. El solomillo que he cocinado era bastante grande pero aunque hicieras dos o tres solomillos la cantidad de salsa obtenida es más que suficiente.


Ingredientes:
-  Solomillo de cerdo (1 para dos personas)
- sal y pimienta negra
- aceite de oliva virgen extra
Salsa: 
- 1 botella de vino tinto (750ml.)
- 1 rama de canela
- 3 clavos de olor
- 1 vaso de caldo de carne
- 150 gr. de frutos rojos (congelados o de lata también sirven)
- 4 cucharadas de azúcar moreno
- 1 cta de mantequilla

Elaboración:
1. En primer lugar hacemos la salsa, y para ello pondremos en un cazo todos los ingredientes excepto la mantequilla que la añadiremos al final.
2. Dejaremos reducir con tranquilidad, a fuego medio-bajo, hasta que se haya reducido como mínimo a la mitad.
3. Cuando veamos que está en su punto, colaremos la salsa y la volveremos a poner en el fuego con la cucharadita de mantequilla que le dará un brillo estupendo.  Removemos para que se disuelva bien y retiramos la salsa del fuego. Cuando enfríe la podemos guardar en la nevera hasta que la vayamos a utilizar.



Enciende el horno a 180ºC para que se vaya calentando.

4. Salpimentamos bien el solomillo. Para ello es mejor poner la sal y la pimienta en la tabla de cocina y rodar la pieza de carne por encima, de esa manera nos aseguramos de que se impregne bien y no se desperdicien los condimentos.
5. Sellamos el solomillo en una sartén con unas cucharadas de aceite de oliva, a fuego medio-alto, girando las veces que sean necesarias para que se dore por todos los lados.


6. Una vez dorado lo ponemos en una fuente y lo llevamos al horno (recuerda 180ºC) durante 20 minutos aproximadamente. Si la pieza es más pequeña de lo normal, con 15 minutos será suficiente.



7.  Lo sacamos del horno, lo dejamos reposar unos minutos y procedemos a cortarlo como queramos, en trozos más o menos gruesos.



Lo servimos con un poco de salsita (bien caliente) y el resto lo dejamos en una salsera para que cada uno la añada a su gusto.
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