GAZPACHO



Gazpacho




Si hay algún clásico del verano y de la comida española, es el gazpacho. Últimamente lo he visto con todo tipo de ingredientes, con frutas, remolacha y mil cosas más, pero como todavía no lo había publicado en este blog,  me limito al clásico entre otras cosas porque es el que más me gusta.
Mi gazpacho es el tradicional de toda la vida. En casa siempre se le puso un toque de cominos y así lo sigo haciendo yo porque si no lleva no me sabe a gazpacho, pero si a tí no te gusta pues es tan fácil como no ponerselo... mira qué bien, jajaja.

La base de un buen gazpacho, obviamente, son unos buenos tomates maduros que además del sabor le van a dar mejor color.
Hace un tiempo leí que los tomates no se deben guardar en la nevera porque el frío paraliza la maduración y por eso pierden todo el sabor. Pues resulta que es cierto: llevo semanas dejando los tomates fuera de la nevera y no hay comparación, de verdad. Así que eso que todos decimos de que los tomates de ahora ya no saben a nada... se acabó (y encima era culpa nuestra, jajaja).
Es verdad que hay que tener más cuidado porque duran un poco menos, pero a cambio vas a disfrutar de todo su sabor y eso merece la pena. Por supuesto lo de no guardarlos en la nevera sólo se refiere a los tomates frescos, una vez que hagas gazpacho o cualquier sopa o guiso con tomate, hay que guardarlo en frío para que no se estropee.


Ingredientes:
- 800 gr.de tomates (cuanto más maduros mucho mejor)
- 1 pepino
- 1 pimiento verde
- 150 gr. de pan
- 2 dientes de ajo
- 1/4 de cucharadita de cominos enteros
- 1 vaso de agua o un poco más
- 125 ml. de aceite de oliva virgen extra
- 2 cucharadas de vinagre
- sal

Elaboración:
1. En un cuenco ponemos el pan en trozos, los dientes de ajo a los que habremos quitado el germen del medio, los cominos, el aceite y un vaso de agua. Chafamos todo un poco para que el pan se empape bien y lo dejamos unos 20 minutos.
2. Mientras tanto vamos troceando los tomates, el pepino y el pimiento verde. Si te gusta le puedes añadir un poco de cebolla o cebolleta (con media es suficiente), pero a mi me gusta más sin ella.
3. Ponemos todo en el vaso de la batidora, añadimos el pan y trituramos todo hasta que quede lo más fino posible (puede que necesite un poquito más de agua  para ayudar a batir todo).


4. Colamos el gazpacho para quitar todo resto de pieles y semillas.
5. Aliñamos con sal y vinagre y lo metemos en la nevera para que esté bien fresquito. Yo suelo añadirle además algunos cubitos de hielo.


Y ésta es la clásica presentación del gazpacho.



Nota: se le suele añadir un chorrito de aceite de oliva a cada plato, pero yo estoy a dieta y me conformo con el que le puse al principio.

¡Hasta mañana!

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